¡Chapó Maestro!

El 22 de noviembre pasado, Magnus Carlsen se coronaba Campeón Mundial de ajedrez al vencer categóricamente al hasta entonces monarca de los trebejos, Viswanathan Anand, con un marcador de 6,5 a 3,5, producto de 3 victorias y 7 empates.
Si bien el noruego partía como favorito, muchos pensábamos que iba a ser un match un tanto más parejo. El golpe que debe hacer significado ese resultado en el ánimo del Gran Maestro indio, si duda debe haber sido importante.
En la siguiente competencia en la que participó Anand, nuevamente las cosas no le salieron muy bien que digamos. El original torneo de Zurich se disputó en dos modalidases: un torneo a ritmo clásico y otro semirrápido, donde se proclamaba a un vencedor en cada especialidad y un triunfador final combinando ambos torneos.
Fabiano Caruana venció en el semirrápido, Carlsen en el clásico y también en el combinado. Por su parte Anand finalizó último en el de 15 minutos más incremento y 5º de 6 jugadores tanto el pensado como el combinado. Sin duda, era una nueva floja actuación para un jugador de su nivel, por más que haya enfrentado a la élite del ajedrez mundial.
Esto fue entre fines de enero y principio de febrero, y no fueron pocos los que pensaron, y algunos hasta lo manifestaron, que era poco lo que se podía esperar de Vishy de allí en adelante.
Sin embargo...
Poco, muy poco tiempo después (marzo 2014), el gran ex campeón mundial nos muestra toda su grandeza al triunfar nada más y nada menos que el Torneo Candidatura que lo proclamó retador del campeón vigente en un match a disputarse en el próximo mes de noviembre.
Invicto, con 3 victorias y 11 empates, enfrentando a doble ronda al número 2 del ránking, Levón Aronian, gran candidato en la previa (a quien venció en la primera ronda, acaso anunciando lo que vendría), a los ex campeones mundiales Vladimir Kramnik y Veselin Topalov, entre otros (ninguno con un Elo menor a los 2709 puntos), indudablemente Anand se ha regalado una victoria resonante y gratificante.
A los 44 años y después del duro revés con Carlsen (para más, en su ciudad natal), y del pobre rendimiento en el torneo posterior, para quienes lo admiramos es una gran alegría este estupendo rendimiento.
Lo que pueda pasar en la revancha con el actual campeón, número uno indiscutido y brillante jugador, será otra historia.
Por el momento, me saco el hipotético sombrero para saludarlo con respeto y admiración: ¡Chapó Maestro!

Gustavo Lope de Vergara